Alice Gould es ingresada en el ficticio Hospital Psiquiátrico de Nuestra Señora de La Fuentecilla (Castilla y León) por una serie de delirios que la han llevado a intentar envenenar a su marido numerosas veces. Sin embargo, ella cree que ha sido enviada a aquel lugar para resolver un misterioso asesinato que nunca llegó a esclarecerse. Sin embargo, la peculiar actitud de esta mujer supondrá un auténtico quebradero de cabeza para los médicos de aquel lugar, los cuales no son capaces de determinar si tienen delante a una mujer completamente trastornada o a una víctima de una extraña conspiración.
Mi primer encuentro con Torcuato Luca de Tena no podría haber sido más satisfactorio. Los renglones torcidos de Dios no es otra novela sobre la locura y los manicomios, es LA NOVELA por excelencia de estos temas. Y es que, para prepararla, el autor no dudó en ingresar en un hospital psiquiátrico durante un par de semanas para empaparse del desangelado y perturbado ambiente en el que viven conjuntamente aquellos que más conocen los entresijos de la mente y aquellos que se han perdido en su laberinto.
La experiencia no podría haberle sido más satisfactoria. Parece que Luca de Tena aprovechó todo el jugo de aquel amargo "viaje" para luego exprimirlo en esta novela de ficción donde la certeza y la locura se unen una complicadísima mezcla de la cual el lector, al igual que muchos de los personajes, no son capaces de saber a ciencia cierta qué es locura y qué es realidad.
Quizás una de las proezas más evidentes en esta obra literaria -con el permiso del gran nivel de conocimientos psicológicos que contiene y que se explican a la perfección para aquellos lectores no expertos en la materia- es la creación de un personaje tan singular y atractivo como el de Alice Gould. La protagonista de la novela desprende desde las primeras páginas una personalidad arrolladora y poderosa, con unos diálogos y apreciaciones totalmente fantásticas con los que consigue meterse a lectores, médicos y enfermos en el bolsillo. La empatía y el magnetismo que crea en cada página la convierten sin ningún problema en una de las heroínas literarias contemporáneas más estimulantes y, bajo mi punto de vista, en uno de los personajes literarios más redondos que he tenido la oportunidad de conocer.
Pero Alice Gould no es el único personaje que brilla en esta obra. Los renglones torcidos de Dios presenta todo un extenso abanico de personajes que, pese a que sean creados como instrumentos para aumentar la fuerza literaria de Alice, brillan con luz propia. Desde un fantástico elenco de médicos -adorables, como el caso de César Arellano, o irritantes, como Samuel Alvar- hasta una innumerable lista de dementes cuyas historias consiguen crear unos personajes redondos que facilitan la intromisión del lector en un mundo habitado por los despojos de la sociedad. Por poner algunos ejemplos de estos entrañables compañeros de Alice, diré que es imposible no reírse con Marujita Maqueira, contener las emociones con las historias de Rómulo y la Niña Péndulo o estremecerse con los inquietantes casos de La Mujer Cíclope y La Mujer Percha.
En definitiva, Torcuato Luca de Tena consigue construir un universo perfectamente caótico para contarnos una historia que va a más con cada capítulo y que nunca decae. Perfecta de principio a fin -porque sí, también contiene uno de los mejores finales que he leído últimamente-.
¿Será Alice Gould la demente más compleja de la historia de la literatura? ¿O será la persona más cuerda de todos los que la rodean? Os dejo que lo descubráis por vuestra propia cuenta al leeros la novela, la cual os recomiendo y os obligo a leer en cuanto podáis.